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0 FEUDALISMO. -2- Comitatus, Beneficium y Encomendacion.


   En el Occidente europeo la disolución del Imperio romano y la implantación de los reinos germánicos trajo como consecuencia un cambio importante en las condiciones de vida de la sociedad, estos cambios se tradujeron en la continuidad de ciertos elementos pertenecientes al mundo romano y germánico, elementos de la antesala feudal cuya evolución y convergencia acaba consolidando el nuevo orden feudal.

   En este período de formación del feudalismo, además de la crisis del siglo III d.C., otro hecho relevante fue la presencia bárbara, en su mayoría germánica, en las fronteras del imperio. Los germanos llevaban largo tiempo en contacto con los romanos, no siempre se enfrentaron, en bastantes ocasiones llegaron a ser aliados para luchar frente a otros bárbaros de las fronteras. Incluso muchos germanos recibieron cargos importantes en el Imperio. Por todo esto, los germanos se habían convertido al mismo tiempo en los bárbaros más cultos en su dilatado contacto con Roma. Sin embargo, no estaban exentos del recelo y la oposición de buena parte de la sociedad romana, por lo que también sufrían desprecios, traiciones, e incumplimientos de los pactos que empeoraban la situación, así como las condiciones de vida de este pueblo. Hasta que un día la gota colmó el vaso, y los germanos que malvivían fuera de las fronteras junto a otros pueblos, decidieron el asalto, en el año 406 d.C. se inicia la primera mayor oleada de las grandes invasiones bárbaras que acelerarán la ruina del Imperio Romano Occidental, en la que hay que subrayar que su descomposición era ya anterior a la llegada de los bárbaros. El mundo germánico era una sociedad agro-pastoril eminentemente militar, cuya organización social estaba basada en una aristocracia, y una característica esencial de esta sociedad, fue el papel clave que tuvo el concepto de fidelidad personal como podemos ver en el tipo de vinculación personal denominada comitatus, que será uno de los elementos precursores del sistema feudal.


El Comitatus era un tipo de relación militar propia del mundo germánico, donde un grupo de guerreros decidían libremente ponerse a las órdenes de un jefe, y en efecto, comitatus significaba entrar en compañía del jefe. Este tipo de vinculación germana implica que los hombres además de soldados que reciben órdenes, son compañeros, combaten todos juntos con el jefe, participan del botín ya sea tesoros o prisioneros, y sirven a su jefe con lealtad, cualidad rara en la actualidad.


   En el proceso formativo del sistema feudal participaron otros elementos, como fueron el Beneficium y la Encomendación, propiamente romanos:


El Beneficium, era un elemento típicamente romano, se trataba de una donación por la cual el poderoso hace sus acuerdos. El tipo más frecuente era el precarium, que era una donación a favor de un individuo de posición más baja que la solicita, el bien se disfrutaba en usufructo, es decir, que disfrutaba de la posesión sin ser propietario. Sin embargo, no era raro que el precarium implicara otros contratos abusivos que terminaban capturando más tierras, y por consiguiente, un aumento desmedido de los dominios de los poderosos, la historia eterna de la codicia. Por ello, muchos de los campesinos que huían asfixiados de los impuestos a raíz de la crisis del siglo III que vimos en la primera parte, pasaban de la sartén a las brasas a través de este tipo de concesión. El propio término precarium, que nos ha llegado hasta hoy como precario, alude a una situación desventajosa o contrato con unas condiciones malas, desfavorables, deficientes, inestables, sin seguridad. Hoy día el proceso es similar pero más sofisticado y encubierto, a través de la globalización el imperio privado aumenta sus dominios y el proceso comenzó con... crisis.



La Encomendación era otro elemento de origen romano, que en esencia consistía en un pacto por el cual un individuo de posición inferior o cliente se colocaba bajo la protección de un superior. Hay que señalar que la encomendación poseía una serie de valores morales de carácter personal y temporal, que debían ser cumplidos por ambas partes. El superior estaba obligado a dar protección a su cliente, a defenderlo de cualquier peligro. Mientras que el cliente tenía que mostrar respeto y obediencia hacia su superior, y no comportaba obligación militar alguna al principio. Más tarde, cuando el Bajo Imperio asumió la encomendación se otorgaron a los clientes cargos administrativos y militares. Si bien este sistema, permitía ciertas posibilidades de ascender a cualquier cliente, en función de los servicios prestados con un resultado lo suficientemente agradecido para ser justamente recompensado.


   La crisis del siglo III y evolución de estos elementos en las nuevas condiciones que surgieron a raíz de los trastornos que supusieron la desaparición del imperio romano y la creación de los reinos bárbaros, propiciaron la aparición del sistema feudal.

   En esta conmoción profunda que repercutió en todos los aspectos de la civilización, sobre todo en la manera en que se repartió el poder y la riqueza, hay que tener presente que el cambio no sé obró de la noche a la mañana, multitud de circunstancias e imponderables desembocaron en este resultado final. Si bien el derrocamiento del último emperador Rómulo Augústulo en el 476 d.C., supuso el fin del sistema político del Imperio romano, las estructuras sociales del imperio tardaron más de dos siglos en desintegrarse hasta la eclosión del feudalismo, las grandes transformaciones sociales se operan entre los siglos VIII-IX, teniendo en cuenta que forman parte de otro ciclo de cambios que hemos ido describiendo desde la crisis del siglo III d.C.


Los reinos bárbaros herederos del poder imperial.

   Los propios herederos del poder romano, los jefes bárbaros, adoptaron títulos y métodos de gobierno del extinto imperio y siempre se consideraron bajo la soberanía del imperio romano oriental, aunque lo cierto es que tuvieron una efectiva independencia de Constantinopla.

   Los reinos bárbaros también heredaron la misma ruinosa situación económica del fenecido imperio y no pudieron resolver la decadencia del comercio que siglos antes había producido el declive urbano y la ruralización, con el aumento de poder de los grandes propietarios. Las oleadas de invasiones de nuevos pueblos no cesarían: vikingos, sarracenos y otros piratas… así el comercio en los siglos VIII-IX d.C., fue casi inexistente, también agravado por la inestabilidad política como las luchas intestinas del reino franco, la incomunicación favorece el desarrollo de una agricultura autosuficiente, con lo que se va creando el caldo de cultivo para el feudalismo.

   Otro hecho importante fue que los jóvenes reinos bárbaros serán incapaces de contener a los nuevos invasores, cuyos ataques son rápidos e imprevistos. La inoperancia de los ejércitos reales tradicionales, lentos para organizarse, habituados a guerras previstas, son inútiles para los raudos asaltos por sorpresa. Así, una de las claves políticas del triunfo del feudalismo será la inoperancia de los reyes para afrontar a este tipo de enemigo. Esta razón defensiva vital para el habitante rural hace que los grandes propietarios se conviertan en los principales defensores y protectores de los territorios. Son los únicos líderes en condiciones de reunir una tropa consistente, rápida y eficaz, que pueda contrarrestar a los invasores. En este sentido, puede decirse que el feudalismo en Europa, surgió como una forma de organización social que facilitaba la resistencia y la lucha contra los invasores. Y en esta forma de organización la caballería ocuparía un lugar preeminente, al revelarse como arma militar de primer orden, desplazando a la infantería, por esta misma razón fue también la Edad Media la era de los caballeros.


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0 La Antigua Grecia. Periodos y consideraciones culturales.


   Para un mejor entendimiento de la Grecia antigua vamos a distinguir en la historia de esta civilización dos etapas fundamentales, antes de profundizar en subdivisiones, veremos de forma amena y concisa una sencilla cronología para que tengamos una referencia temporal sólida. Y realizaré algunas consideraciones que afectan sobre todo al presente cultural occidental, cuyas raíces más profundas vienen de esta cultura. A grandes rasgos, la civilización griega podemos dividirla en dos grandes períodos:

- Grecia Prehelénica (2800-750 a.C.), en esta fase se desarrollaron culturas precursoras de los griegos y otras que contienen el sustrato cultural que identificará a los helenos como tales, con una identidad reconocida como propia. Abordaremos varios pueblos, destacando las culturas minoica (cretense) y la micénica (aqueos).

- Grecia Helénica (750-338 a.C.), que es la Grecia genuina, es el período universalmente conocido por contener todo el acervo cultural clásico, siendo la etapa de mayor esplendor y que concluye cuando Alejandro Magno somete Grecia.

   Ya que hemos llegado hasta aquí, por seguir la línea evolutiva de la antigua Grecia añado una fase más, interesa porque es menos conocida, y corresponde este período a una Grecia que no volverá a tener la influencia ni el poder que tuvo siglos atrás:
la Grecia Helenística (338-142 a.C.), este período se desarrolló a raíz de la conquista de Alejandro Magno y finaliza con la conquista romana.

   Estas divisiones y su cronología deben tomarse como una útil referencia, pues toda periodización es compleja y arbitraria, dependiendo de la valoración del historiador. No obstante, la división en períodos es necesaria para poder establecer una secuencia histórica. Cada vez que entremos en un gran período de la historia comprobaremos como lo que parecía muy complejo es en realidad sencillo. Y notaremos el efecto contrario, que lo que parecía muy simple es más profundo y posee un significado más rico que lo que habíamos creído.

Sin duda, el cine, la televisión y otros medios de difusión, por diversos motivos han contribuido y siguen empeñados cada vez más, en distorsionar y confundir el verdadero espíritu de la cultura griega entre otras, en muchos de sus aspectos, alterando esta cultura tan trascendental, que es la cuna de la civilización occidental. A este daño o desatino intencionado, también ha contribuido la eliminación en las instituciones educativas de la lengua griega así como del latín, y finalmente la aniquilación también de la filosofía, religión, literatura, y la propia historia, materias llevadas a niveles precarios en el mejor de los casos. Es decir, todo elemento cultural que antiguamente había permitido a la Humanidad progresar en todos los sentidos y que además ha hecho reflexionar a los seres humanos desde lo más profundo de su inteligencia y corazón, ha quedado extirpado en gran medida en pleno siglo XXI.


   Hoy por primera vez en la historia, las personas creen vivir desvinculados totalmente de la historia, lo que implícitamente significa un total desprecio por los antepasados y por tanto, por la riqueza cultural, experiencia y sabiduría que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Los mecanismos de comprensión humana han quedado a merced de las claves psicológicas modernas que van imponiendo las nuevas estructuras de poder actuales, que eluden la comprensión, la mentalidad, los conceptos, virtudes y valores que podríamos destacar de los tiempos más antiguos. Seguramente los han difamado y alterado porque es más fácil así legitimar otras cosas y de paso hacer olvidar al público general los graves problemas del presente, cuya verdadera causa en todas las épocas es siempre la misma: la codicia, que como decía Diógenes es la tierra patria de todos los males.

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