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0 Los primeros reyes de Sumer. Dinastías míticas e históricas

Uno de los momentos más cruciales para la Humanidad fueron los tiempos en que surgieron las primeras ciudades-estado en Mesopotamia. Este período es conocido como Protodinástico, Época Presargónida o Período Dinástico Arcaico. La interpretación de esta edad es muy compleja ya que profundizamos en raíces míticas para conectar con la evidencia histórica. El espacio cronológico en que nos movemos ocupa la primera mitad del III milenio a.C. (del 3000-2500 a.C. aproximadamente). Es menester subrayar que muchas ciudades no brotan por sí solas en un alarde de cambios radicales, provienen de asentamientos mucho más antiguos con raíces en la prehistoria retrocediendo al VII milenio a.C. Conviene recordar que cuando los sumerios llegaron a la Baja Mesopotamia su cultura calcolítica recibió la influencia observada en los numerosos enclaves presumerios neolíticos septentrionales (Jarmo, Umm Dabaghiyah, Samarra, Tell Halaf… con rasgos crecientes de urbanismo), posteriormente algunos colonos desde finales del VII milenio irían ocupando el sur mesopotámico, definiendo las fases culturales neolíticas de Eridu, El Obeid, Uruk y Jemdet Nasr. No obstante, recientes descubrimientos en Siria están desconcertando a los investigadores porque hacen retroceder el surgimiento de los primeros centros urbanos al IV milenio a.C. (caso de Tell Harmouk h.3500 a.C. Calcolítico Tardío). La cuestión desafía el propio concepto de ciudad porque significaría que el origen de la civilización no estuvo en Sumeria, sino en Siria. (Archaeological Institute of America. Archives.)

En una publicación anterior clasificamos y resumimos a grandes rasgos los diferentes Períodos de la Civilización Sumeria. En virtud a esta periodización hoy dedicamos mayor atención a buena parte del Protodinástico en el marco del surgimiento de las primeras ciudades sumerias: Ur, Uruk, Lagash, Kish, Nippur… Si bien la tradición nos habla de cinco ciudades primigenias, las más antiguas, las primeras: Eridu, Badtibira, Larak, Sippar y Shuruppak.


Arriba podemos contemplar una recreación de Eridu, la ciudad más meridional y de las más antiguas de Sumer, tuvo el privilegio de ser la primera donde se asentó la realeza (en tiempos prediluvianos). Según la Lista Real sumeria, observada en el Prisma WB = Weld-Blundell (Museo Ashmolean. Universidad de Oxford), se menciona lo siguiente: “la realeza descendió del Cielo; en Eridu estuvo la realeza”. Esta fórmula se repite en diferentes mitos con la intención de recalcar que la realeza es de origen divino, del mismo modo que mujeres y hombres están sometidos a unas leyes u orden divino (una autoridad soberana que rige todo), los súbditos están sometidos a unas leyes que rigen la comunidad a través de la autoridad de su gobernante, éste sería el significado más universal como una extrapolación de un soberano divino hacia un soberano terrenal, reflejo del orden divino en la Tierra. Eridu fue la ciudad elegida por los dioses para que allí se asentara la realeza. Nos consta que dos reyes gobernaron: Alulim reinó unos ¡28000 años! y Alalgar gobernó ¡36000 años!, se comprende ahora porque decimos que estamos ante reyes míticos. Si bien algunos estudiosos han preferido calificarlos de fantasía, me inclino a pensar que las personas que llevaron estos nombres existieron aunque bajo una realidad histórica que somos incapaces de reconstruir por la falta de datos. Su recuerdo a través del discurso (del mito) honraría con colosales cifras a estos primeros reyes divinizados para subrayar su trascendencia, años simbólicos para enlazar una larga vida con unos tiempos memorables que dieron origen a la realeza.

A partir de Eridu, la realeza va pasando a otras ciudades, Badtibira, Larak, Sippar y Shuruppak, se mencionan otros reyes milenarios como Dumuzi el pastor, que resulta ser un dios titular de la ciudad de Badtibira lo que da mayor sentido a las cifras elevadas que invitan a pensar en la divinización de personajes reales que combinan auténtica longevidad con parcelas de generosa inmortalidad. Otro rey mítico, alabado/divinizado, milenario, fue Enmenduranna de Sippar, considerado el artífice de las prácticas rituales que desentrañan la voluntad de los dioses. El último de todos estos reyes antediluvianos fue Ziusudra de Shuruppak, el Noé sumerio del que hablaremos enseguida.

Como hemos visto, una de las fuentes primordiales para reconstruir la historia arcaica de Sumer es una serie de documentos epigráficos que configuran la Lista Real sumeria (disponible en PDF BcResources.net). Sirva de aclaración que no existe una única Lista Real sumeria, hubo más, redactadas en distintos lugares y momentos como actualizaciones posteriores donde se añaden los nuevos reyes, como las elaboradas por los escribas babilonios (The Schoyen Collection).

Todas las versiones debieron proceder de un original perdido. La Lista Real fue confeccionada para explicar el origen de la realeza desde tiempos remotos. Una Era donde las lagunas de la tradición se cubren con el discurso mítico en el cual nos llamó la atención las enormes cifras milenarias otorgadas a los primeros reyes. Ello nos trae a la mente el paralelismo con la larga vida de figuras bíblicas descendientes de Adán. No son las únicas referencias curiosas, el Paraíso, el Árbol, el barro con que se hace al hombre, todas estas semejanzas no son casuales, forman parte de una tradición primigenia sobre la interpretación sensible e intuitiva del mundo que se pierde en los tiempos.

El Dinástico Arcaico fue subdividido en tres subperíodos. En este recorrido vamos a tratar hoy sólo las fases I y II del Protodinástico.


Cronología y subdivisiones del Dinástico Arcaico o Protodinástico Sumerio.

(P1) - Protodinástico 1 o Dinástico Arcaico I (2900-2700 a.C.).
Fue el período de las dinastías míticas, una etapa prehistórica con sesgos de complejidad socioeconómica donde el Templo prima sobre el Palacio, destaca un personaje que cuenta con atisbos de historicidad, Ziusudra, un rey que sobrevivió al Gran Diluvio h.2850 a.C.

(P2) - Protodinástico 2 o Dinástico Arcaico II (2700-2550 a.C.). Esta etapa es también llamada de las dinastías mítico-heroicas, se poseen escasos datos sobre la historicidad de ciertos reyes, pero todavía persiste el componente mítico. Las ciudades construyen grandes murallas como Uruk, se denota una etapa más conflictiva. Destacan el rey Gilgamesh de Uruk y el rey Mesalim de Kish.

(P3) - Protodinástico 3 o Dinastíco Arcaico III (2550-2350 a.C.). Es una fase de dinastías históricas en la que tenemos una clara constatación arqueológica. Esta etapa no la veremos en este post.


El Protodinástico 1 o Dinástico Arcaico I (2900-2700 a.C.)

Orientados por la Lista Real, es preciso incidir en el gran evento que marca un antes y un después trascendental para la Humanidad, el Diluvio Universal. Hemos observado la presencia de dinastías míticas con reyes que gobernaron miles de años. Etiquetados como míticos, porque no tenemos constatación arqueológica de su existencia, pero fueron recordados e incluidos por lo mitógrafos sumerios para explicar el origen de la realeza y enlazar con los reyes históricos (de los que sí tenemos alguna evidencia de su existencia), con el objetivo de legitimar su poder y justificar el liderazgo. Estas dinastías que hemos visto someramente son conocidas también como antediluvianas.

Uno de los reyes más conocidos con sesgos de historicidad fue Zi-u-sudra (“Vida de largos días”), figura relevante que guarda relación con otros personajes de otras culturas que recogieron la tradición de un Diluvio (a-ma-ru), como la epopeya de Atram-khasis, o el Poema de Gilgamesh (tablilla de la biblioteca de Ashurbanipal del siglo VII a.C. British Museum), otra versión en el siglo III a.C. del sacerdote babilonio Beroso que se refiere a Xisuthros (Ziusudra helenizado), y por supuesto el relato bíblico del Génesis, por no hablar de las decenas y decenas de relatos sobre el Diluvio que existen por todo el mundo.

Esta catástrofe ancestral o serie de desastres locales generalizados marcó profundamente la historia de los habitantes de Mesopotamia. Los grandes desastres sufridos por los sumerios a lo largo de su historia fueron cantados también por sus poetas a modo de Lamentaciones y Elegías. Este género literario cultivado por los poetas se centraba en la destrucción de ciudades, en las desgracias de los habitantes, en la desaparición de los dioses, e incluso en la destrucción de imágenes divinas. El diluvio global fue el mayor desastre de todos los tiempos y por ello fue objeto de diferentes Lamentos. No descarto que el Diluvio Universal sea mucho más antiguo, en un tiempo que los monzones descargaban lluvias torrenciales en el corredor desértico de Próximo Oriente hasta el Sáhara cuando era verde, un paraíso. Sobre ello me reservaré un especial monográfico con datos de la geobiología, la paleoclimatología y fuentes escritas de la Antigüedad.

Los análisis arqueológicos NO han relevado el diluvio universal, el diluvio global en la fecha relativa del evento, pero SÍ una serie de catástrofes sucesivas que se dieron en diferentes puntos de Mesopotamia, que bien fueron lluvias torrenciales persistentes, unidas a desbordamientos de ríos e incluso un tsunami que en su conjunto pudieron dar pie al supuesto mito del diluvio. El Diluvio tiene base real como causante de inundaciones catastróficas que se dieron por varias partes del mundo en unos tiempos remotos en los que se experimentó un cambio climático manifiesto, uno de verdad, uno de tantos. En esta guisa, debemos tener muy claro un aspecto que nunca valoran los que desdeñan una fuente histórica tan fundamental como la Biblia.

El concepto de universal en los tiempos más antiguos.
Es preceptivo comprender que antiguamente los pueblos no estaban sincronizados, apenas estaban conectados sin medios como para determinar si llovía o no al mismo tiempo en un país o en otro. No podían presumir de tener estaciones meteorológicas, ni siquiera vigías repartidos por áreas dedicados a comparar si llueve aquí poco, aquí mucho o aquí nada, mujeres y hombres tenían tareas más importantes. Ante todo, tenemos que hacernos una idea del concepto de universal que se tenía en Sumeria. Hoy sabemos que el mundo habitado es vasto, pero antiguamente el mundo habitado del que eran conscientes los sumerios apenas se extendía más allá de los territorios circundantes. La gente estaba más familiarizada con los territorios vecinos. No nos consta en estas fechas tan tempranas un conocimiento de los confines del globo. El mapa global más antiguo (que data del período babilónico) representa al mundo en dos círculos concéntricos que contienen zonas como Babilonia, Asiria, Urartu, algunas ciudades y accidentes geográficos, todo rodeado por el Océano (descripción de esta pieza en el British Museum).

Por eso, es comprensible referirse a la "totalidad de la tierra", la exageración de "universal" no lo sería tanto dentro de la percepción del espacio y de las sociedades antiguas. La realidad es que llovió y diluvió donde más dolió, donde se vive y percibe cuando hay daños, sobre todo catastróficos, en los que se ahogó mi familia o mis vecinos, y eso se registró, con la idea lógica y generalizada de evento universal. El mundo conocido donde no hay mucho más, para el que lo habita y lo vive, es universal.


En el mapa de Mesopotamia se distingue SUMER, el país de AKKAD, y al SE las tierras de ELAM. Al sur podemos apreciar la antigua línea de costa con trazo grueso azul que comprendía el Delta (zona inferior derecha de la imagen). Al norte los montes Zagros, de donde pudieron llegar ingentes caudales de agua. De acuerdo con la Lista Real, un rey llamado Ziusudra (de Shuruppak) reinó durante la gran inundación y escapó en el arca alrededor del 2850 a.C. Los arqueólogos han analizado los estratos de las ciudades de Shuruppak, Uruk y kish (esta última donde se asentó la realeza tras la gran inundación) y han comprobado que hubo una inundación significativa provocada por lluvia excesiva, enormes masas de agua procedentes de la escorrentía de las montañas del norte y tsunamis que pudieron haber actuado en combinación o concatenados en un período breve de tiempo.



El caso del Mar Negro.
Afinidad histórica con la inundación mesopotámica.

Es bien sabido que hace 15.000 años comenzaron a darse cambios notables en la geografía del planeta, el fin del último período glacial trajo como consecuencia un aumento de temperaturas y un aumento del régimen de lluvias al evaporarse más cantidad de agua cuyo aumento vino dado con el bienvenido retroceso de glaciares como los del oeste de Rusia. Un antecedente similar a la gran inundación sumeria lo hallamos al oeste de Mesopotamia, en un evento catastrófico registrado en el Mar Negro.

Dos geólogos marinos de la universidad de Columbia, Walter Pitman y William Ryan, descubrieron que en la segunda mitad del VI milenio (5500-5000 a.C) el nivel de agua del Mar Negro, antiguo lago de agua dulce, se elevó 150m. Más tarde, en 1999 el conocido oceanógrafo Robert Ballard (descubridor del Titanic, del acorazado Bismarck entre otros pecios) encontró la vieja línea de costa correspondiente a este período, y estaba situada nada menos que a unos 40Km del margen actual. Esta inundación de tierras pudo suceder en cuestión de semanas y propició la estampida masiva de poblaciones que vivían en las costas del Mar Negro. La causa de tan espectacular aumento del tamaño del Mar Negro se atribuye al aumento del nivel del mar Mediterráneo rompiendo el dique natural del valle del Bósforo, rebasado hasta hoy y conocido como Estrecho del Bósforo. Tal vez, se inundaría de forma precipitada en un proceso considerado traumático y repentino similar a la devastación de un tsunami. Se ha reconstruido con animación la descomunal inundación que tuvo que ser dantesca para quiénes la padecieron. La inundación del Mediterráneo sobre el Mar Negro.




Ante un mal tan masivo y dramático, acaso proveniente de tiempos todavía más antiguos, se buscó un significado al evento, surgiendo el relato del Diluvio, intentando dar un sentido a lo sucedido para poder seguir adelante. Para un gobernante sería la oportunidad única para interpretar la voluntad divina que permite su propia salvaguarda, su triunfo ante el desastre. No es difícil de entender, en el mundo actual se sigue haciendo un uso político-histórico de cualquier acontecimiento, en el mundo antiguo se hace lo mismo, un uso político en clave de alegoría mitológica de un suceso real, en este caso un acontecimiento... desbordante. En fin, lo que sí estaba claro es que llovió bastante y mucho, hubo demasiadas inundaciones donde estaba viviendo la población, les ha tocado a ellos, pudo caer la misma cantidad de agua torrencial en una zona despoblada y nadie se enteraría, nadie diría nada, nadie lo sabría, pero no, llovió en la civilización de Mesopotamia y en muchos más sitios en un margen notorio, más de lo que estaban acostumbrados buena parte de los pueblos antiguos que lo sufrieron. Así se desencadenó o reactivó el relato del Diluvio Universal.

El rey Ziusudra nos interesa ya que es protagonista a caballo entre los viejos tiempos pre-diluvianos y el comienzo de la era post-diluviana (inicios del P1 o Dinástico Arcaico I). Ziusudra sobrevivió a los desastres por ello sería magnificado, merecedor de ser recordado a través del discurso/mito del diluvio, relato que posiblemente ya circulaba desde tiempo inmemorial en forma oral con otros protagonistas que el tiempo ha borrado. Por otra parte, se ha especulado que junto a las inundaciones de un Diluvio hubo otra clase de desastres, relacionados con la llegada ruidosa de otras gentes, así en ciudades como Kish se sabe que había un alto segmento de población semítica, la cual podría haber vencido a los sumerios y haberse impuesto. En este punto, no pasa desapercibido el hecho de que la palabra sumeria “a-amar-ru” (gente semita), es casi idéntica a la palabra “a-ma-ru” (Diluvio).

Conocemos el relato del Diluvio sumerio gracias a una tablilla (a la izquierda) hallada en la ciudad de Nippur fechada en el 1600 a.C. que relata además de la creación de los seres vivos, información sobre las ciudades y reyes antediluvianos (Penn Museum). La historia comienza con la decisión de una Asamblea divina de destruir a la Humanidad aunque no se exponen las razones, otras versiones sí lo harán. No obstante, un dios advierte al rey de Shuruppak, nuestro amigo Zi-u-sudra que debe prepararse (porque se va armar la de Dios).


Presto y resuelto el Noé sumerio construye un arca en la que preserva a su familia, animales y plantas, navegando durante siete días hasta que cesa el Diluvio que ha aniquilado a todo ser viviente. Agradecido por la advertencia, los dioses conducirían a Ziusudra a un país llamado Dilmun, una tierra primigenia aún no madurada, como el paraíso del primer hombre (el lugar donde se levanta el Sol) cuya localización sigue siendo una incógnita, acaso fue la isla de Bahrein (en el golfo Pérsico), para otros Dilmun puede ser la cuenca del Indo, de donde se traía el marfil.

En Kish se asienta la realeza. Son los nuevos tiempos postdiluvianos.
Una vez ha terminado el Diluvio en la Lista Real sumeria no se vuelve a hablar de las ciudades primigenias. Sucede como un reinicio de la historia mesopotámica, ahora señala que en Kish, estuvo la realeza por primera vez después del Diluvio. Advertimos que este singular cambio escondería un trasfondo socio-político en el que se ha operado la integración de elementos semitas que ahora participan como miembros de la realeza. Además, como la restauración de la realeza ha tenido lugar en Kish, ciudad ubicada en el centro del país de Akkad (uri-ki), casualmente, la ciudad más alejada del delta (donde no llegó... acaso un tsunami). Esta ciudad marcaría un hito iniciando nuevos tiempos. El prestigio concedido a Kish es de tal magnitud y repercusión, que reyes de otras ciudades se autotitulan muy ufanos reyes de Kish, sin tener siquiera el dominio sobre esta ciudad. También es preciso asumir que las idas y venidas de la realeza sobre una dinastía pueden ser intermitentes e intercaladas, algunas dinastías son coetáneas a otras, unas pocas ni siquiera aparecen en la Lista Real y hemos tenido que acoplarlas gracias a otras fuentes.


Las primeras excavaciones de Kish datan de 1912 (campaña francesa dirigida por Henri de Genouillant). En Marzo de 1923 se realizó una expedición arqueológica anglo-americana (Ashmolean Museum de la Universidad de Oxford y el Field Museum) para trabajar en Kish (campaña 1923-1933). La expedición arqueológica fue iniciada por Ernest Mackay, arqueólogo avalado nada menos que por Flinders Petrie. Si bien el proyecto estaba dirigido por Stephen Langdon, aunque sólo apareció dos veces en los diez años que duró la campaña.


Las excavaciones fueron a gran escala como era habitual y precisó de cientos de obreros locales, incluido niños, como era también la costumbre. Se llegó a excavar hasta 15 metros de profundidad. Hubo un proyecto del Field Museum para crear un catálogo con las más de 100.000 piezas halladas en Kish, con una base de datos más completa, pero no ha fructificado.

La I dinastía de Kish acogió unos 23 reyes mayormente míticos, con reinados milenarios, algunos con finos retazos de historicidad. Entre ellos estuvo Etana, del que sabemos opera en un proceso de convergencia social y política de sumerios y semitas. Otro rey citado por la Lista Real y también verificado arqueológicamente por inscripciones fue Mebaragesi, cuyas luchas contra Elam son las más antiguas referidas entre Sumer y aquel territorio. Mebaragesi tuvo un hijo llamado Agga que fue coetáneo a Gilgamesh de Uruk.

Protodinástico 2 o Dinástico Arcaico II (2700-2550 a.C.)

Se definen las dinastías Mítico-Heroicas, sus reyes son descritos por la Lista Real y por poemas épicos, caminando entre lo histórico y lo mítico. El Palacio adquiere un papel más importante que el Templo, se van a constituir monarquías militares y las ciudades son protegidas por fuertes murallas, como las que ordenó construir Gilgamesh para desgracia de sus conciudadanos que tuvieron que trabajar muy duro para levantarlas.

Sobre la I dinastía de Uruk sabemos que contó con una docena de reyes, unos míticos (Meskiaggasher, Enmerkar fundador de Uruk, Dumuzi el pescador) y otros históricos. Entre los reyes históricos es fundamental nombrar al rey más importante de Uruk que fue Gilgamesh (vivió hacia el 2650 a. C.), un personaje de gran carisma y grandes proezas que dio a su reino grandes victorias, prosperidad, riqueza, fomentando el comercio, construyendo templos, fortificando la ciudad, incluso derrotó a los reyes de Kish (recordemos a Megabaresi y su hijo Agga, ambos fueron vencidos) y se apoderó de esta ciudad. A su muerte, Gilgamesh fue venerado como un dios, su fama se extendió más allá de las fronteras de Mesopotamia siendo cantada nada menos que durante 3 milenios.


Origen y significado del Poema de Gilgamesh.
La epopeya de Gilgamesh es la obra literaria más grande y antigua conservada de la civilización, los mesopotámicos crearon una magnífica epopeya que no es superada por nada parecido en el ámbito nilótico, ni tampoco en el mundo hitita, tenemos que esperar milenios para encontrar algo comparable de mano de la tradición homérica. En el artículo precedente que tratamos sobre el mythos, decíamos que su significado hacía alusión al discurso o relatos que se perdían en las raíces de la tradición oral. Una vez más, las narraciones sobre Gilgamesh circulaban por vía oral, tuvieron que pasar varios siglos hasta que alguien los puso por escrito. Pero, como también dijimos, inherente a los mitos son la generación de versiones, fruto de la dispersión, las culturas que se suceden, el tiempo y las circunstancias en que se escriben tales versiones. Sumerios, acadios, paleobabilónicos, hititas, cassitas, asirios, conocieron y participaron en la perpetuación de la epopeya del héroe Gilgamesh.

Los investigadores han detectado hasta 5 versiones, seguro que hubieron otras, pero hasta la fecha no se han hallado. Sería en época paleobabilónica cuando los escribas modelan una narración que unifica coordinando todas las historias dispersas que circulan por Mesopotamia para dar armonía a la obra que conocemos como Poema de Gilgamesh, pieza única excepcional por su cronología, ostenta el mérito de ser la primera de las grandes epopeyas de la literatura universal.

Desde mediados del siglo XIX se han ido encontrando tablillas del poema del héroe sumerio en diferentes excavaciones de Próximo Oriente. Copias del Poema de Gilgamesh fueron halladas en Nínive, cuando la arqueología descubrió la biblioteca asiria de Assurbanipal en 1872. Las tablillas causaron sensación en todo el mundo al confirmarse que entre sus historias estaba la del Diluvio Universal, avalando la veracidad histórica depositada en la Biblia, indiscutible transmisora del conocimiento de antíquisimos relatos y receptora de un saber universal. Sin duda, el esfuerzo de los escribas asirios nos ha permitido el conocimiento de primitivos relatos sumerios y acadios que de otro modo se hubieran perdido en gran medida. La inclusión en el Poema de Gilgamesh del relato sumerio del Diluvio, conocido con anterioridad (Poema de Atramkhasis) se lo debemos al escriba Sin-leqe-unini que conecta a Gilgamesh con Utanapishtim (el amigo Ziusudra). Un magnífico ejemplo sobre cómo se consolida por escrito lo que antaño fueron historias disgregadas de la tradición oral, donde pervive la realidad sensible de la memoria entrelazada a la irrealidad de lo mitológico cautivador. Claro ejemplo sobre cómo un relato se viste de mito y se va adaptando y/o modificando con añadidos, retoques, e incluso nuevas narraciones.

La obra mesopotámica (Leyenda de Gilgamesh. Disponible en la Biblioteca Digital ILCE) nos ofrece una fracción del pensamiento sumerio-acadio en el contexto histórico de la época de un momento clave: cuando se toma conciencia de la nueva realidad que supone el nacimiento, ensalzamiento y revalorización de la civilización, la ciudad-estado triunfante, el poder de un Estado ante lo salvaje, indómito y desconocido. Manifiesta una visión antagónica socio-cultural: el mundo sedentario (urbanismo, orden, agricultura) expresado por Gilgamesh, que se opone al mundo nómada (tosco, bárbaro, embrutecido, invasor, donde habita lo extraño, un universo desconocido que representa todo lo arisco, salvaje, monstruoso...), que tiene su proyección en el personaje de Enkidu. (También puedes leer este poema en el blog de Ana M. Vázquez Hoys, profesora de Historia Antigua.)

El poema de Gilgamesh es un canto del miedo a la muerte, del esfuerzo por no ser olvidado y perpetuarse, temor que le embarca a realizar hazañas gloriosas. Aunque el argumento clave sea la búsqueda de la inmortalidad el poema está enriquecido con muchas otras historias. Destacan las pasiones, motivaciones y valores que mueven a este personaje legendario. Impelido por el deseo de gloria emprende una serie de aventuras expuestas como historias breves, que narran sus hazañas como las dirigidas contra el gigante Humbaba en los "Bosques de los Cedros" (una alusión al citado conflicto urbe-barbarie, agricultor vs. pastor), la victoria de Gilgamesh sobre el "Toro del Cielo" enviado por Innana por no ceder a sus encantos, o el enfrentamiento contra su antiguo señor rey de Kish que retrata muy bien el tipo de política que se daba entre ciudades. Recientemente, año 2015, apareció entre el material recuperado del expolio del Museo de Bagdad, un fragmento que contiene una veintena de líneas inéditas de la epopeya de Gilgamesh (fuente: Ancient Origins). Concretamente una escena del "Bosque de los Cedros" con detalles sobre el gigante Humbaba y su lucha con Gilgamesh.




La posible historicidad de Gilgamesh, pese a considerarse rey legendario procede de varios testimonios posteriores que coinciden en atribuir al rey Gilgamesh la construcción de la colosal muralla de Uruk cuyo perímetro alcazaba 9,5 Km y estaba sembrada con más de 800 torres intercaladas cada 10 metros. En la epopeya de Gilgamesh observamos que los súbditos del rey están descontentos por el enorme esfuerzo que implica la construcción de semejante muralla. Más aún, se percibe cierto malestar en el ambiente, como recriminando una actitud despótica por parte de Gilgamesh, impropia de un héroe semidios. Pero... ¿esta muralla existió realmente?. Pues sí, los primeros restos fueron identificados por un británico, W.K Loftus, a mediados del siglo XIX. En los primeros años del siglo XX la Deutche Orient Gellschaft (la Sociedad Alemana de Oriente) recién fundada por el emperador Guillermo II en 1898, promovió campañas científicas que obtuvieron magníficos resultados en la zona, J. Jordan y C. Preusseur realizaron un esquema del conjunto arqueológico que abarcaba unos 3 kilómetros, entre sus hallazgos se encontraba un complejo monumental de culto protohistórico, la Eanna, y otro soberbio edifico en la zona sur. También descubrieron los vestigios del perímetro exterior que se extendía unos 10 kilómetros con huellas de gran parte del cinturón amurallado. La ciudad estaba protegida por una doble muralla, la muralla interior estaba protegida con robustos contrafuertes cuyo grosor alcanza los 5 metros. Por desgracia, las guerras sufridas en este lugar han arruinado el paisaje arqueológico, tan sólo perdura material fotográfico de aquella campaña alemana, en la imagen inferior un atisbo de lo que fueron las excavaciones que alumbraron los vestigios de la muralla que defendió la ciudad-estado de Uruk.



Desde el IV milenio a.C. Uruk se había convertido en la ciudad más importante de Mesopotamia, comprendía dos grandes núcleos religiosos: 1) el Kullab, ocupado ya en época prehistórica por un edificio de culto (el templo blanco), donde se veneraba al dios Anu, de este distrito era teóricamente el padre de Gilgamesh, Lugalbanda, y 2) la Eanna, también ocupado desde tiempos protohistóricos, sede de la diosa Inanna, luego conocida con el nombre semítico acadio de Isthar, diosa del amor y la fertilidad, en donde se hallaron los primeros vestigios de escritura. Según la epopeya de Gilgamesh, un tercio de la ciudad estaba constituido por templos y otro tercio por jardines, a modo de "Central Park" de la época, las zonas verdes que siempre deberían forma parte de toda ciudad. En la imagen podemos contemplar una recreación de Uruk.



Otro rey digno de mención, ignorado en la Lista Real, adscrito a la I dinastía de Kish que perdura en esta etapa, fue el rey Mesalim de Kish, que reinó "cientos" de años.

Mesalim es conocido vagamente por inscripciones como la que aparece en esta cabeza de maza ritual donde un águila leontocéfala, símbolo del dios local Ningirsu, doblega a seis leones. Dice así: "Me-salim, rey de Kish, constructor del templo de Ningirsu. Lo erigió para Ningirsu. Lugal-sag-engur era el Ensi de Lagash". En el contexto histórico Mesalim tuvo una importancia tan grande como Gilgamesh. El motivo por el que no aparece Mesalim en la Lista Real puede obedecer a cuestiones de jerarquía política, en un post anterior explicamos como un rey o gobernante podía llamarse de una forma pero los reyes de otras ciudades le podían considerar un rey menor o supeditado y le llamaban de otra, esto motivaría que la Lista Real no reconociese a su ciudad.




-El término EN puede generar confusión, debe tenerse en cuenta que en sus primeros tiempos designaría tanto al Señor como al Sacerdote. En todo caso EN alude al jefe de la comunidad urbana, en cuanto representante de la divinidad.

-Un segundo título importante es el de LUGAL (hombre grande), este término refleja ruptura con la tradición precedente, y se aplica a un rey propiamente dicho. En su origen pudo ser un líder guerrero evocado de manera temporal en momentos críticos, cuyos poderes desaparecían una vez solucionada la contingencia. La alta autoridad civil que poseyó y las propias circunstancias del mundo sumerio contribuirían a que este título se perpetuase.

- Interesante es otro título, el ENSI, o más correcto ENSI-AK, es un título de menor importancia que los anteriores, equivale a administrador de cultivo, válido también como príncipe, aplicado a pequeños soberanos independientes o a príncipes sometidos a ciudades-estado.

La confusión que puede generar el empleo de estos términos es producto de las diferencias idelógicas y políticas de quiénes los emplearon y de las vicisitudes propias de cada ciudad. Esto lo comento para que no nos resulte extraño encontrar un dirigente usando dos títulos Ensi y Lugal al mismo tiempo. O alguien que se titulase Lugal de una ciudad, fuese considerado Ensi por lugales de otras ciudades. Por este motivo surgen dificultades a la hora de valorar el papel de los gobernantes.





Por otra parte, Mesalim no era originario de Kish, aunque se las arregla bien para alcanzar el título de Lugal, mientras que el otro señor que aparece en la inscripción "Lugal-sag-Engur" sería el Ensi de la ciudad de Kish. Desconocemos cómo accede al trono Mesalim, pero sí que gozó de gran prestigio por el hecho de ser reclamado por potencias como Lagash y Umma. Ambas ciudades estaban siempre enredadas en unas disputas territoriales bien conocidas (el curso de agua y los terrenos agrícolas de Gu`edenna, zona clave en la producción de cereales), por ello las dos ciudades solicitaron a Mesalim como mediador y juez de sus conflictos fronterizos. También conocemos que este rey fue el responsable de la destrucción de una poderosa ciudad siria, Ebla (Tell Mardikh), que fue un imperio comercial del que mucho habría que decir pero el tiempo de hoy se acaba. Dejaremos para otra oportunidad la III y última etapa del Protodinástico, más generosa en datos arqueológicos, que nos deparará muchas y más ricas historias.




Referencias

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