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3 La vitamina C frente a infartos y otros daños causados por fármacos del corazón.

Detectado un mayor riesgo de Infarto de Miocardio en los pacientes que consumen fármacos del corazón, en concreto los llamados antagonistas del calcio, comúnmente recetados para prevenir males mayores, en realidad merman la formación de colágeno deteriorando las células de la pared arterial. Este importante descubrimiento ha sido publicado en la American Journal of Cardiovascular Disease. Por fin se ha encontrado respuesta al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama y a los problemas en las encías que muchos estudios clínicos estaban reportando sobre este tipo de medicamentos que suelen recetarse para el tratamiento de arritmias, algunas formas de angina, hipertensión, entre otras dolencias.



Parece ser que esta gama de fármacos no sólo bloquean el calcio, sino que también impiden que la Vitamina C llegue en cantidad suficiente al interior de las células. Teniendo en cuenta que estos fármacos son recetados de por vida, las perspectivas no son muy atractivas. Una vitamina que es la materia prima fundamental para la formación del colágeno, la principal macromolécula del reino animal, la que más se necesita para la regeneración y reparación del sistema cardiovascular y de todos los demás. Es incomprensiblemente desconocido, lo cual es intolerable a estas alturas donde las autopistas de la información nos permiten acceder a casi todo, que los seres humanos, a diferencia de los animales, perdimos la capacidad innata de generar nuestra propia vitamina C. Para mayor desgracia, las autoridades que deberían velar por nuestra salud desprecian este trascendental hecho: la inmensa mayoría de los animales generan grandes cantidades diarias de esta vitamina del orden de gramos, pero aún así sólo nos recomiendan consumir muy pobres cantidades diarias, unas dosis que son realmente ridículas: unos 60mg, por muchas 2-3 naranjas que tomemos al día. Todo el mundo debe conocer que la salud de nuestra especie arrastra un defecto o lesión bioquímica llamada HIPOASCORBEMIA que fue señalada por el bioquímico Irwin Stone. De las muchas consecuencias fatales de ignorar este hecho destacó entre otras desgracias la muerte súbita del lactante (SMSL) o Crib Death, puede decirse que seguimos tropezando con la misma piedra, y así vuelve a reeditarse el macabro drama de muertes evitables que contempló Semmelweis en su tiempo. En aquella época fue la arrogancia y la ignorancia, sin embargo la situación de hoy es mucho peor, porque además hay que sumar los grandes intereses económicos corporativos.

DE SEMMELWEIS A STONE: LA MATANZA DE BEBÉS POR MUERTE SÚBITA DEL LACTANTE.

"...los médicos australianos, A. Kalokerinos y G. Dettman, han demostrado que es una manifestación de escorbuto infantil, debido al hecho de que todos los bebés, nacidos de madres que dependían exclusivamente de su dieta como su única fuente de ascorbato, nacen con el síndrome de escorbuto subclínico crónico después de nueve meses de escorbuto intrauterino. El SMSL se puede prevenir aumentando la ingesta de ascorbato en el bebé. Esto ya se conocía y estaba publicado desde 1977. Sin embargo, entre 8.000 y 10.000 bebés mueren de SMSL cada año porque los doctores y otras personas involucradas en el manejo de estos bebés permiten que ocurra esta matanza anual porque se han vuelto tan complacientes con el escorbuto que incluso rehúsan intentar este inofensivo tratamiento."

IRWIN STONE. En Kalokerinos A. Every second child. Thomas Nelson (Australia) Ltd., Melbourne, 1974. Y en Rimland B. In memoriam: Irwin Stone 1907–1984. Journal of Orthomolecular Psychiatry, 1984. Volume 13, Fourth Quarter, p 285.


Este déficit grave cotidiano que padece la Humanidad también fue duramente denunciado por el descubridor de la vitamina C, el Premio Nobel de Medicina Szent-Györgyi, además de otros importantes investigadores, clínicos y médicos. Quizás por ello el ser humano es el único animal que sufre la mayor pandemia de infartos, pues al contrario de lo que se piensa, prácticamente todos los animales pueden biosintetizar vitamina C a partir de la glucosa, generando grandes cantidades de ¡varios gramos diarios!. En algún momento del pasado, nuestro ancestro perdió esta cualidad y somos incapaces de biosintetizarla. Por ello todos nosotros padecemos escorbuto subclínico que Szent-Györgi denominaba síndrome pre-mortal, pero que la medicina convencional sigue llamando buena salud general. Esta vital información sobre la salud, que debe contribuir a que gocemos de una mayor longevidad y una mejor calidad de vida, sorprendentemente está desaparecida en las Universidades de Medicina. Romper este silencio supondría un enorme trauma para la industria de la enfermedad, significaría provocar a medio-largo plazo una epidemia de salud global y por tanto la innecesaria asistencia sanitaria cuyo gran coste se vería muy aliviado.

EL POBRE CONCEPTO OFICIAL QUE SE TIENE DE LA SALUD y LA ENFERMEDAD.

"Siempre tuve la sensación de que no se hacía suficiente uso para apoyar la salud pública .../... La profesión médica tiene una estrecha y equivocada visión.../... El razonamiento: la falta de ácido ascórbico causaba escorbuto, por lo que si no había escorbuto (aparente), no había falta de ácido ascórbico. El único problema con esta lógica es que el escorbuto no es un primer síntoma de carencia sino un colapso final, un síndrome premortal, y hay muy poca brecha entre el escorbuto y la salud total. ¡Pero nadie sabe qué es la salud completa! .../... La salud total, en mi opinión, es la condición en la que caemos mejor y mostramos la mayor resistencia a la enfermedad.../... Si no tiene suficientes vitaminas y se resfría, y eventualmente coge neumonía, su diagnóstico no será "falta de ácido ascórbico" sino neumonía. Si piensas de otro modo eres atacado de inmediato.

ALBERT SZENT-GYORGYI. Premio Nobel de Medicina 1937.
Fragmentos "Reflections on Vitamin C and Hidden Scurvy"

Lamentablemente, poderoso caballero es don dinero, los fármacos bloqueadores de calcio, sodio y potasio mueven más de 6.000.000.000 $ anuales a nivel mundial, una cifra que es un contundente problema, el de asimilar que millones de personas que toman estos fármacos para prevenir el infarto, en realidad están perjudicando su corazón.

Estos daños estaban siendo reportados desde hacía largo tiempo (sin embargo hace 20 años se desconocía la suma trascendencia que tiene la vitamina C también para la salud cardiaca)... boletín del INSTITUTO CATALÁN DE FARMACOLOGÍA de la Universidad Autónoma de Barcelona. Butlletí groc. Vol. 9, nº1 enero-febrero 1996:

"Los resultados de diversos metanálisis y de dos estudios observacionales, uno de casos y controles y uno de cohortes, sugieren que el uso de bloqueadores de los canales del calcio se puede asociar a un incremento del riesgo de infarto de miocardio en pacientes hipertensos o en pacientes con cardiopatía isquémica."


El mismo boletín ofreció una larga lista de fármacos para el corazón que recogía otros medicamentos similares al estudiado, se consideró que debían tener los mismos efectos perjudiciales. Ahora ya se conoce que la deficiencia de vitamina C es especialmente perjudicial en las células de la pared arterial, causando daños microestructurales a los que se suma la acumulación de depósitos de ateromas que desemboca en infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Por una vez, afortunadamente es posible compensar los nefastos efectos de estos medicamentos. Con la publicación de estas nuevas evidencias científicas los médicos que receten estos fármacos ya no pueden olvidar asociarlos a SUPLEMENTOS DE VITAMINA C, en concreto palmitato de ascorbilo en su forma lipo-soluble.

Uno de los graves defectos que obstaculiza el avance científico de la medicina general sigue siendo tratar los síntomas y olvidarse de la causa subyacente, lo que significa retroalimentar la industria de inversión de la enfermedad y seguir evitando toda investigación que destape el origen del problema, por eso estas compañías invierten mucho más en propaganda que en investigación. Unos fármacos nocivos que terminan arruinando la salud de la población con la falsa creencia de confiar en una evidencia científica testada que no busca la curación sino la cronificación de la enfermedad, lo más rentable para las poderosas compañías privadas fabricantes, que son parte fundamental del problema que tiene el sistema sanitario global. Las moléculas artificiales que el organismo no reconoce, nunca podrán ser la solución sino parche para combatir los síntomas de una enfermedad que avanza mientras no se aborda la causa subyacente de la misma. Hace bastantes años que la Medicina Celular ha identificado estas causas, y no son otras que un déficit crónico de micronutrientes específicos vinculados al buen estado de las células del sistema cardiovascular. Esta nueva disciplina elimina la línea entre la Bioquímica nutricional y Fitobiología de la práctica de la Medicina. Como la Medicina convencional sigue influenciada y académicamente contaminada por los intereses de la industria farmacéutica, ignora ampliamente y desprecia las deficiencias de micronutrientes como causa de muchas enfermedades. Deficiencias no sólo provocadas por una mala nutrición sino por la mala calidad de los alimentos (víctimas de un sistema de producción nocivo, y otros factores que implican una toxicidad del medio celular así como su repercusión en el microbioma). Poco a poco esto está cambiando, muy lentamente, ya se está investigando el potencial anticancerígeno de micronutrientes para el desarrollo de terapias más eficaces, incluso se están aplicando desde hace años protocolos contra varios tipos de cáncer con resultados espectaculares donde sustancias naturales específicas han obtenido mejores resultados que las moléculas artificiales farmacológicas utilizadas por la medicina convencional.



Desde hace décadas la Vitamina C -y en general las vitaminas y otros micronutrientes-, siguen siendo objeto de campañas difamatorias que han impedido que la Humanidad tenga un mayor conocimiento sobre su salud, y sepa muy poco -y lo poco además mal-, acerca de los últimos avances científicos sobre las sustancias naturales que sostienen la vida o del equilibrio que mantiene alejada toda enfermedad, o sus capacidades extraordinarias para restaurar la salud perdida. Millones de muertes y sufrimiento podrían evitarse fácilmente con una inteligente suplementación, complejos que resultan ser la opción más segura, más barata, sin efectos secundarios indeseables, con enorme reducción del coste sanitario, al proporcionar a la población una mayor resistencia a toda enfermedad. Sin embargo, este buen camino está minado de obstáculos: resignación del público ligada a la falta de interés por profundizar en cuestiones sobre su propia salud, arrogancia y dogmatismo académico, o la desinformación practicada por la industria que no tiene mucho interés por sustancias naturales -que no puede patentar-, además de ejercer una contención o neutralización de toda la investigación que no controla y perjudica sus intereses, que suelen ser los que benefician los nuestros.

Cuando se presentaron los primeros análisis desfavorables de estos fármacos para el corazón se produjo una caída del precio de las cotizaciones en bolsa de los principales laboratorios fabricantes de bloqueadores de los canales de calcio. La prestigiosa revista The Lancet describió cómo un directivo de Bayer AG trató de manipular el contenido de una rueda de prensa para desacreditar las evidencias que mostraban la peligrosidad de estos fármacos, incluso pidió la elaboración de una carta de recomendación de la nifepidina dirigida a los médicos norteamericanos para que receterán sin problema este fármaco, cualquier duda sobre su seguridad para la vida de un paciente no puede perjudicar las acciones en bolsa de la compañía. La misma revista médica británica denunció que el Departamento de Sanidad norteamericano investigaba a una compañía filial de Bayer (Miles) por haber realizado una campaña de incentivos en 1993 por la que los farmacéuticos cobraban una comisión de 35$ por cada nueva prescripción. Veinte años después, el gran repertorio de daños que provoca esta entrañable familia de medicamentos sigue creciendo, engrosando la lista de efectos secundarios graves.

Si bien la noticia desarrollada en este artículo destaca la vital importancia de la Vitamina C para las células del corazón, hay que tener en cuenta que el ácido ascórbico es además fundamental en innumerables funciones biológicas. Crucial es tomar una mayor cantidad porque nuestro organismo la necesita en gran medida, sobre las muchas razones y la cantidad diaria de vitamina C que deberíamos tomar, varios párrafos he dedicado en dos densos artículos que refiero en la bibliografía. Sin embargo, a estas alturas todavía las autoridades sanitarias la recomiendan en cantidades miserables, indicadas sólo para no tener escorbuto clínico, únicamente. Se ignora deliberadamente que el escorbuto subclínico está presente siempre y los propios infartos son otra manifestación de esta enfermedad genética que toda la Humanidad padece, aún más complicada y agravada por factores externos.

Por último, si bien sabemos que la vitamina C es vital y necesaria a niveles muy por encima de lo aceptado oficialmente por estas cuestiones excepcionales que hemos señalado (una enfermedad genética que toda nuestra especie padece), también es preciso tener en cuenta que la salud humana no está determinada únicamente por un solo nutriente sino por miles y en medidas proporcionadas en función de las circunstancias, en combinaciones cuidadosamente equilibradas que actúan en equipo o sinergia biológica. La mayoría de personas que vivimos el mundo presente nos creemos estar intelectualmente por encima de quiénes nos precedieron, como individuos ingenuos pensamos que no vamos a cometer hoy los mismos garrafales errores que muchos otros cometieron en el pasado, ya sea por desconocimiento o arrogancia. Y como nos sentimos superiores por el hecho de vivir en una época tecnológicamente superior nos consideramos más listos y prepotentes con nuestros dispositivos electrónicos. Si hemos resuelto algunas cuestiones, se han abierto otras nuevas, persisten viejas heridas y hemos creado aún peores problemas, estar seguros que estamos bien lejos de resolverlos por el camino que nos llevan los intereses financieros. Lo cierto es que no somos más sabios por acumular conocimientos, sino por saber interpretar y desplegarlos. No se necesitan ingentes cantidades de dinero en investigación cuando se carece de talento y se ignoran los descubrimientos más importantes porque perjudican los beneficios corporativos de una élite de mercaderes. La historia se repite, a pesar de contar con relevantes conocimientos y otras ventajas que no tuvieron nuestros predecesores, con gran acierto señalaba el Dr. Szent-Gyorgy que "el descubrimiento consiste en ver lo que todos los demás han visto y pensar lo que nadie había pensado."



 


Fuentes y referencias:

-DELIDAISE, R. Linus Pauling. 1. Las Ciencias que forjaron la Medicina Ortomolecular. Más Allá de Pangea. 30 Noviembre de 2016.
-DELIDAISE, R. Linus Pauling. 2. Bases científicas de la Medicina Ortomolecular. Más Allá de Pangea. 16 Enero de 2017.
-DR. MERCOLA. La Cantidad Adecuada de Vitamina C Ha Sido Relacionada Con un Bajo Riesgo de Padecer Enfermedades Cardiacas y a una Muerte Temprana. 6 Agosto de 2015.
-DR. RATH HEALTH FOUNDATION. Identificada la causa del aumento del riesgo de infartos de miocardio en pacientes que consumen antagonistas del calcio: la disminución de la síntesis de colágeno lo cual deteriora las células de la pared arterial. 27 de Junio 2016.
-FURBERG, CD. PSATY, BM. MEYER, JV. Nifedipine. Dose-related increase in mortality in patients with coronary heart disease. Circulation. 1995 Sep 1;92(5):1326-31
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-HORTON, R. Spinning the risks and benefits of calcium antagonists. Lancet 1995;346:586-7.
-INSTITUTO CATALÁN DE FARMACOLOGÍA. El riesgo de infarto de miocardio asociado al uso de nifedipina. Universidad Autónoma de Barcelona. Butlletí Groc. Vol. 9, nº1 enero-febrero 1996.
-JARA, M. Nuevas advertencias de daños provocados por fármacos muy usados. Bufete Almodóvar & Jara Medicamentos peligrosos. 27 de Junio 2016.
-LI, CI. DALING, JR. TANG, MT. et al. Use of antihypertensive medications and breast cancer risk among women aged 55 to 74 years. JAMA Intern Med. 2013 Sep 23;173(17):1629-37
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